Hace unos días tuvo lugar una ce- lebración muy especial en Estras- burgo (Francia): el 50 aniversario del Parlamento Europeo (PE). En la ceremonia intervinieron los diri- gentes de las principales institucio- nes comunitarias que destacaron el papel tan importante de la Eurocá- mara en los éxitos de la actual Euro- pa unida. Sin embargo, esta institu- ción sigue siendo prácticamente desconocida para la mayoría de los ciudadanos europeos; muchos ni siquiera saben que han votado para elegir a sus miembros.
Así lo demuestran los últimos da- tos del Eurobarómetro (el instituto encargado por la Comisión Euro- pea de evaluar la opinión de los ciu- dadanos): un 68% de los europeos ignoran que el PE se creó hace 50 años -en nuestro país la proporción llega al 73%-; el 89% de los europe- os y el 96% de los españoles no sa- ben que podrán votar, o abstenerse, en el 2009 para designar a sus re- presentantes. A pesar del descono- cimiento profundo de su funciona- miento, es una institución respeta- da y de la que se tiene una imagen positiva; sólo el 15% de los comuni- tarios tiene una imagen negativa.
El PE es un ejemplar único en su especie; es la única asamblea inter- nacional elegida directamente por los ciudadanos y ciudadanas. Es un experimento de reunificación y concordia, superando desde sus orígenes las diferencias de los pue- blos europeos y convirtiéndose en el foro de debate supranacional por excelencia. Como portavoz de la voluntad ciudadana, en estos 50 años ha ido desempeñando un pa- pel cada vez más importante entre las instituciones de la Unión Euro- pea (UE).
Todo empezó en 1958, el recuer- do a la Segunda Guerra Mundial es- taba aún muy presente y casi la mi- tad de los actuales Estados miem- bros vivían bajo regímenes totalita- rios, incluida España. Seis países - Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania, Francia e Italia- decidie- ron crear un órgano puramente consultivo bajo la idea vaga de una Europa con intereses económicos comunes. Y así, el 19 de marzo constituyeron la Asamblea Parla- mentaria europea, formada por
142 delegados de los parlamentos nacionales de estos países y cuyo primer presidente fue el francés Ro- bert Schuman (uno de los padres fundadores de la UE).
En 1962 comenzó a autodenomi- narse de manera informal “Parla- mento Europeo”, pero no fue hasta
1979 que se celebran las primeras elecciones. Y a partir de 1986, tras la aprobación del Acta Única Euro- pea, se oficializó la denominación actual de Parlamento y pasó a ad- quirir competencias más allá de lo meramente consultivo.
Cada vez que ha habido una revi- sión de los tratados comunitarios, la Eurocámara ha visto aumenta- das sus capacidades y su influencia sobre las otras instituciones comu- nitarias.
Con el Tratado de Maastrich (1992) adquirió capacidad legisla- tiva en quince áreas y nace la figura de la “co-decisión”, es decir, el Par- lamento decide sobre ciertos temas en igualdad de condiciones que el Consejo (formado por los Estados miembros).
En los sucesivos tratados (Áms- terdam y Niza) se van aumentando el número de materias así como sus competencias. Hoy día es colegisla- dor en el 75% de la legislación co- munitaria y a partir de 2009, con la entrada en vigor del Tratado de Lis- boa - en proceso de ratificación- lo será en casi todas las materias co- munitarias (85%): política medio- ambiental, aspectos de justicia e in- terior, protección de consumido- res, agricultura, comercio exte- rior…etc. Además, reforzará su po- der de control sobre las otras instituciones y consolidará la facultad de votar al presidente de la Comi- sión Europea (formada por los “co- misarios” encargados de velar por los intereses de la UE).
Sin embargo, la capacidad de de- cisión de la Eurocámara aún está le- jos de la de los parlamentos nacio- nales. Una de sus carencias más im- portantes es la ausencia de poder de iniciativa: no puede proponer le- yes nuevas (reglamentos, directi- vas, decisiones…etc.), capacidad reservada a la Comisión.
Las diferentes ampliaciones de la UE han tenido una enorme influen- cia en el desarrollo y evolución del PE. Destacaría especialmente la de
1973, con la llegada de 56 diputa- dos nuevos de Reino Unido, Irlanda y Dinamarca que cambió profunda- mente la Eurocámara. El inglés em- pezó a ganar puestos al francés co- mo idioma predominante de traba- jo y, sobre todo, tuvo un impacto so- ciológico en la relajación de las es- trictas normas de comportamiento hasta entonces imperantes: contra- rio a lo que pudiera parecer, los in- gleses fueron los primeros en qui- tarse la chaqueta y aflojarse la cor- bata en una reunión de comisión en un caluroso día de verano.
Otro cambio importante se pro- dujo en mayo del 2004, con la am- pliación a 10 nuevos Estados miem- bros, con especiales consecuencias en los servicios de traducción e in- terpretación que tuvieron que em- pezar a trabajar en 11 nuevas len- guas.
Actualmente, el PE representa a los casi 500 millones de ciudadanos
de la UE y a todas las tendencias po- líticas (incluida, desgraciadamen- te, la extrema derecha fascista), con una enorme influencia en la vida cotidiana de los europeos.
Está compuesto por 785 diputa- dos de 27 países diferentes. Se ha pasado a trabajar de cuatro lenguas oficiales a las 23 actuales. Sus miembros trabajan tres semanas en la sede de Bruselas y una en Estras- burgo, mientras que en Luxembur- go se encuentra la sede administra- tiva.
Esto es fruto de un complicado acuerdo de 1992 y que genera críti- cas periódicas ya que los desplaza- mientos mensuales a la ciudad francesa de todo el personal supo- nen unos altos costes económicos (se ha calculado que cuesta unos
200 millones de euros al año), me- dioambientales (un estudio de
2007 del grupo político de Los Ver- des ha demostrado que se produce mensualmente emisiones de CO2 equivalentes a 13.000 viajes ida y vuelta de Londres a Nueva York) y de recursos humanos.
La representación de mujeres ha ido en aumento, pasando del
16,6% en 1979 hasta el 31% hoy día. Se ha aprobado que para las elecciones del 2009 las listas euro- peas tendrán que ser paritarias y las mujeres tendrán que representar, como mínimo, el 40% de la Cáma- ra.
De los 26 Presidentes que ha teni- do, tres han sido españoles. Enri- que Barón (socialista, de 1989 a
1992), José María Gil-Robles (po- pular, de 1997 a 1999) y Josep Bo- rrell (socialista de 2004 al 2007). De todos ellos, sólo ha habido dos mujeres; una vez más vemos como los cargos de más alta responsabili- dad son ejercidos casi en exclusivi- dad por hombres. Esperemos que para la próxima legislatura los eu- rodiputados tomen buena nota de gobiernos como los de España y pongan al frente del Parlamento a una mujer.
Y hablando de mujeres y el PE no podía acabar este artículo sin mencionar a la única representan- te ceutí que hemos tenido en esta institución: Carmen Cerdeira, quien realizó un intenso trabajo en la V Legislatura (1999-2004) en la comisión de libertades y derechos fundamentales, familiarizándo- nos, por primera vez para muchos, con el trabajo de las instituciones europeas y haciéndonos sentir más integrados en esta compleja y cambiante Europa. Aquí mi peque- ño homenaje a ella y mi contribu- ción, como europeísta nacida en el norte de África, a acercar un poco más el Parlamento Europeo a Ceuta.
!"Izaskun Bernal es Licencia- da en CC. Políticas y asesora en el Parlamento Europeo
Así lo demuestran los últimos da- tos del Eurobarómetro (el instituto encargado por la Comisión Euro- pea de evaluar la opinión de los ciu- dadanos): un 68% de los europeos ignoran que el PE se creó hace 50 años -en nuestro país la proporción llega al 73%-; el 89% de los europe- os y el 96% de los españoles no sa- ben que podrán votar, o abstenerse, en el 2009 para designar a sus re- presentantes. A pesar del descono- cimiento profundo de su funciona- miento, es una institución respeta- da y de la que se tiene una imagen positiva; sólo el 15% de los comuni- tarios tiene una imagen negativa.
El PE es un ejemplar único en su especie; es la única asamblea inter- nacional elegida directamente por los ciudadanos y ciudadanas. Es un experimento de reunificación y concordia, superando desde sus orígenes las diferencias de los pue- blos europeos y convirtiéndose en el foro de debate supranacional por excelencia. Como portavoz de la voluntad ciudadana, en estos 50 años ha ido desempeñando un pa- pel cada vez más importante entre las instituciones de la Unión Euro- pea (UE).
Todo empezó en 1958, el recuer- do a la Segunda Guerra Mundial es- taba aún muy presente y casi la mi- tad de los actuales Estados miem- bros vivían bajo regímenes totalita- rios, incluida España. Seis países - Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Alemania, Francia e Italia- decidie- ron crear un órgano puramente consultivo bajo la idea vaga de una Europa con intereses económicos comunes. Y así, el 19 de marzo constituyeron la Asamblea Parla- mentaria europea, formada por
142 delegados de los parlamentos nacionales de estos países y cuyo primer presidente fue el francés Ro- bert Schuman (uno de los padres fundadores de la UE).
En 1962 comenzó a autodenomi- narse de manera informal “Parla- mento Europeo”, pero no fue hasta
1979 que se celebran las primeras elecciones. Y a partir de 1986, tras la aprobación del Acta Única Euro- pea, se oficializó la denominación actual de Parlamento y pasó a ad- quirir competencias más allá de lo meramente consultivo.
Cada vez que ha habido una revi- sión de los tratados comunitarios, la Eurocámara ha visto aumenta- das sus capacidades y su influencia sobre las otras instituciones comu- nitarias.
Con el Tratado de Maastrich (1992) adquirió capacidad legisla- tiva en quince áreas y nace la figura de la “co-decisión”, es decir, el Par- lamento decide sobre ciertos temas en igualdad de condiciones que el Consejo (formado por los Estados miembros).
En los sucesivos tratados (Áms- terdam y Niza) se van aumentando el número de materias así como sus competencias. Hoy día es colegisla- dor en el 75% de la legislación co- munitaria y a partir de 2009, con la entrada en vigor del Tratado de Lis- boa - en proceso de ratificación- lo será en casi todas las materias co- munitarias (85%): política medio- ambiental, aspectos de justicia e in- terior, protección de consumido- res, agricultura, comercio exte- rior…etc. Además, reforzará su po- der de control sobre las otras instituciones y consolidará la facultad de votar al presidente de la Comi- sión Europea (formada por los “co- misarios” encargados de velar por los intereses de la UE).
Sin embargo, la capacidad de de- cisión de la Eurocámara aún está le- jos de la de los parlamentos nacio- nales. Una de sus carencias más im- portantes es la ausencia de poder de iniciativa: no puede proponer le- yes nuevas (reglamentos, directi- vas, decisiones…etc.), capacidad reservada a la Comisión.
Las diferentes ampliaciones de la UE han tenido una enorme influen- cia en el desarrollo y evolución del PE. Destacaría especialmente la de
1973, con la llegada de 56 diputa- dos nuevos de Reino Unido, Irlanda y Dinamarca que cambió profunda- mente la Eurocámara. El inglés em- pezó a ganar puestos al francés co- mo idioma predominante de traba- jo y, sobre todo, tuvo un impacto so- ciológico en la relajación de las es- trictas normas de comportamiento hasta entonces imperantes: contra- rio a lo que pudiera parecer, los in- gleses fueron los primeros en qui- tarse la chaqueta y aflojarse la cor- bata en una reunión de comisión en un caluroso día de verano.
Otro cambio importante se pro- dujo en mayo del 2004, con la am- pliación a 10 nuevos Estados miem- bros, con especiales consecuencias en los servicios de traducción e in- terpretación que tuvieron que em- pezar a trabajar en 11 nuevas len- guas.
Actualmente, el PE representa a los casi 500 millones de ciudadanos
de la UE y a todas las tendencias po- líticas (incluida, desgraciadamen- te, la extrema derecha fascista), con una enorme influencia en la vida cotidiana de los europeos.
Está compuesto por 785 diputa- dos de 27 países diferentes. Se ha pasado a trabajar de cuatro lenguas oficiales a las 23 actuales. Sus miembros trabajan tres semanas en la sede de Bruselas y una en Estras- burgo, mientras que en Luxembur- go se encuentra la sede administra- tiva.
Esto es fruto de un complicado acuerdo de 1992 y que genera críti- cas periódicas ya que los desplaza- mientos mensuales a la ciudad francesa de todo el personal supo- nen unos altos costes económicos (se ha calculado que cuesta unos
200 millones de euros al año), me- dioambientales (un estudio de
2007 del grupo político de Los Ver- des ha demostrado que se produce mensualmente emisiones de CO2 equivalentes a 13.000 viajes ida y vuelta de Londres a Nueva York) y de recursos humanos.
La representación de mujeres ha ido en aumento, pasando del
16,6% en 1979 hasta el 31% hoy día. Se ha aprobado que para las elecciones del 2009 las listas euro- peas tendrán que ser paritarias y las mujeres tendrán que representar, como mínimo, el 40% de la Cáma- ra.
De los 26 Presidentes que ha teni- do, tres han sido españoles. Enri- que Barón (socialista, de 1989 a
1992), José María Gil-Robles (po- pular, de 1997 a 1999) y Josep Bo- rrell (socialista de 2004 al 2007). De todos ellos, sólo ha habido dos mujeres; una vez más vemos como los cargos de más alta responsabili- dad son ejercidos casi en exclusivi- dad por hombres. Esperemos que para la próxima legislatura los eu- rodiputados tomen buena nota de gobiernos como los de España y pongan al frente del Parlamento a una mujer.
Y hablando de mujeres y el PE no podía acabar este artículo sin mencionar a la única representan- te ceutí que hemos tenido en esta institución: Carmen Cerdeira, quien realizó un intenso trabajo en la V Legislatura (1999-2004) en la comisión de libertades y derechos fundamentales, familiarizándo- nos, por primera vez para muchos, con el trabajo de las instituciones europeas y haciéndonos sentir más integrados en esta compleja y cambiante Europa. Aquí mi peque- ño homenaje a ella y mi contribu- ción, como europeísta nacida en el norte de África, a acercar un poco más el Parlamento Europeo a Ceuta.
!"Izaskun Bernal es Licencia- da en CC. Políticas y asesora en el Parlamento Europeo
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Seran publicadas todas las preguntas que se hangan dentro de los canones de la buena educacion y relativas a las Elecciones al Parlamento Europeo