Ceuta: puente europeo entre civilizaciones
Escrito por Por Izaskun Bernal
jueves, 13 de noviembre de 2008
La Unión Europea proclamó el 2008 como Año Europeo por el Diálogo Intercultural y, por este motivo, sus instituciones están llevando a cabo numerosas actividades. Así, por ejemplo, el Parlamento Europeo ha dedicado una semana en octubre y otra en noviembre a promocionar la cultura africana y la árabe respectivamente y ha invitado a sus sesiones plenarias a diversas personalidades representantes de todas las comunidades culturales y religiosas.Ha sido precisamente una de estas sesiones solemnes, la del ex-Presidente portugués y Alto Representante de las NU para la Alianza de Civilizaciones, Jorge Sampaio, la que me ha hecho reflexionar más sobre esta propuesta no sólo como una iniciativa de la comunidad internacional, sino también como iniciativa a promocionar a nivel local; sobre todo en una ciudad como la nuestra en la que convivimos, cada día, cuatro culturas, cuatro religiones.
Según la teoría de Huntginton el "Choque de Civilizaciones" (1993), en un sentido amplio, una "civilización" es una tradición cultural más o menos hermética e impermeable, que por ende se encuentra en oposición a otras civilizaciones con tradiciones diferentes. Por lo que los conflictos entre civilizaciones son inevitables, puesto que cada una cuenta con sistemas de valores significativamente distintos; así lo han querido ver muchos tras los atentados del 11-S y del 11-M ó en los ataques occidentales a Irak.
Sin embargo, estas tesis son cada vez menos compartidas.En el 2006, Naciones Unidas (NU) asume como propia la iniciativa del Presidente del Gobierno español, José Luís Rodríguez Zapatero, y el Primer Minitro de Turquía, Recep Tayip Erdogan, de una "Alianza de Civilizaciones". Desde entonces, los esfuerzos y proyectos de la comunidad internacional por promocionar el diálogo entre civilizaciones y la cultura de la paz, como solución a los conflictos de este siglo y como mejor estrategia para terminar con el terrorismo internacional, están siendo innumerables.
Además de NU, a primeros de año se le unieron 80 países más en el primer Foro sobre este tema que se celebró en Madrid.Como vemos, la mayor parte de la población, no importa en qué país del mundo, prefiere coexistir amigablemente.
La ampliación de la UE, la llegada de inmigrantes, la globalización...etc. están impregnando Europa de una diversidad inimaginable -Ceuta ha sido testigo de primera mano de muchos de estos cambios-. Esta impresionante mezcla de idiomas, religiones, étnias, culturas, razas y tradiciones es la nueva Europa, es la Europa del siglo XXI.
Tenemos que ver estas diferencias como una oportunidad para aprender y enriquecernos mutuamente y no como una fuente de constantes conflictos. Porque todos y todas tenemos cabida en esta Europa si hacemos de ella una sociedad tolerante, de igualdad de oportunidades, justa y no discriminatoria.
Hay que luchar firmemente contra la polarización que estamos viviendo en los últimos tiempos, no podemos dejarnos llevar por los prejuicios: no todos los musulmanes son fanáticos e intolerantes, ni todos los occidentales quieren imponer su religión y tradiciones al resto del mundo.
Europa, por su situación geopolítica como receptor de los nuevos flujos migratorios y por sus relaciones con sus vecinos mediterráneos, es un importante puente entre civilizaciones. Y Ceuta, frontera sur de Europa y ciudad con extensa experiencia en la convivencia multicultural, tiene una enorme responsabilidad como puerta de este puente; tenemos que ser un ejemplo para el resto de Europa y los países de la cuenca del Mediterráneo.
En esta ciudad, todos y todas (musulmanes, hindúes, hebreos, cristianos y agnósticos), somos plenamente conscientes de la dificultad que esta convivencia diaria conlleva. Aunque hemos avanzado mucho en este sentido, seamos sinceros, aún nos queda mucho por hacer hasta alcanzar la plena integración.
Muchas veces, ante situaciones cotidianas, nos dejamos llevar por juicios simplones y cargados, a veces inconscientemente, de intolerancia. Permítanme un ejemplo concreto: si ustedes presencian un acto de delincuencia o incivismo -pongamos un coche haciendo trompos en medio de la calle- estoy segura que muchos lo achacarán, automáticamente, a la pertenencia de una religión en concreto... pues Dios, sea cuál sea, no ha tenido nada que ver en este lamentable hecho; ha sido, sólo y exclusivamente, el acto irresponsable de un individuo que ha decidido no respetar las normas de seguridad vial y ha puesto en peligro la vida de los transeúntes.Vivimos en un mundo globalizado, en una época de continuos cambios donde los problemas -y sus soluciones- nos afectan a todos por igual.
De ahí la importancia de un diálogo intercultural también a nivel local, porque sus efectos y consecuencias no son algo lejano y remoto. Tenemos que entender que la religión y las tradiciones pertenecen a la esfera privada de cada uno y que lo público es común a todos. Y es, precisamente, en la búsqueda común de este equilibrio entre lo público y lo privado, donde más tenemos que dialogar y respetarnos.Para el éxito de este apasionante reto, tenemos que abordar la plena integración implicando a la sociedad ceutí entera: a sus jóvenes y no tan jóvenes, a sus medios de comunicación, a sus políticos, a sus líderes religiosos...
Hoy, Barack Obama, hijo de padre negro musulmán y madre blanca cristiana, es presidente electo de EEUU.