CEUTAGonzalo Testaceuta@elpueblodeceuta.es
CEUTA.- Carmen Romero, de nombre completo María del Carmen Julia Romero López (Sevilla, 1946) abandonó la política activa en 2004 tras catorce años en el Congreso de los Diputados. A finales del pasado mes de marzo anunció que volvía a ella como número 6 de la candidatura del PSOE al Parlamento europeo. Durante el último lustro Romero ha permanecido al frente del ‘Círculo Mediterráneo’, una iniciativa forjada en 2001 por intelectuales de diversas nacionalidades para fomentar el diálogo entre culturas, reclamar más respeto a los derechos humanos, más inversiones del Norte en el Sur, una educación integradora, más autocrítica y un nuevo clima que supere los malentendidos heredados. Esos son los principios que llevará a la UE.Carmen Romero forma parte de lo que EL PAÍS Semanal dio en llamar el domingo pasado la ‘Generación Salgado’ en alusión a la vicepresidenta segunda del Gobierno. “Han roto moldes toda su vida. Conquistaron derechos y los disfrutan. A los 60 años, algunas tocan la cima”, fue la descripción de la revista. El próximo 15 de noviembre la que fuera esposa del ex presidente del Gobierno Felipe González cumplirá 63 años que no aparenta ni de lejos ni de cerca, como podrán comprobar personalmente todos los ceutíes que se acerquen hoy a partir de las 21.00 horas al Hotel Ulises para asistir al cierre de campaña electoral del PSOE ceutí.La última vez que la política sevillana visitó Ceuta todavía estaba, según recordó ayer en conversación con este periódico, en las Cortes Generales como diputada por Cádiz, tarea que desempeñó durante cuatro legislaturas, desde 1989 hasta 2004, justo entre las mayorías absolutas de su ex marido y la primera victoria de Zapatero. Los años de plomo y de brega ante el PP, en los que forjó una trayectoria política propia “muy vinculada con los problemas sociales de viviendas, barrios deprimidos, narcotráfico y blanqueo de capitales”.En marzo pasado Romero anunció que volvía a la vida política activa. “Ni me llamaron ni llamé yo”, explica. “Fueron ambas cosas: a mí me gustaba el trabajo de eurodiputada y muchos compañeros me impulsaron a intentarlo, lo que produjo una feliz coincidencia de voluntades”, amplía con su voz firme, de disimuladísimo acento sevillano, desde un iPhone recién estrenado cuya cobertura todavía la trae por la calle de la amargura.Su retorno se produce en una coyuntura mejor de la que dejó cuando se fue: “Afortunadamente vivimos la segunda etapa de Zapatero y cuando yo lo dejé aún gobernaba Aznar; esta que se me brinda ahora es una oportunidad importante porque estamos en un momento en el que hay que apoyar a los socialdemócratas europeos para ser mayoría”, dice: “Esa es la razón que me impulsa a trabajar”.Pero la ex diputada nacional avisa de que vuelve sin volver porque, en realidad, nunca se ha ido de la política entendida como la disposición a obrar en una sociedad utilizando el poder público organizado para lograr objetivos provechosos para el grupo. Durante los últimos años Romero ha estado al frente del denominado ‘Círculo Mediterráneo’, un proyecto que ella describe como “un espacio de trabajo con la sociedad civil de Europa del Sur y el resto del espacio mediterráneo para que tenga una mayor relevancia en el futuro”.Llevar ese trabajo y esos mismos propósitos (“contribuir a la emergencia de un nuevo espíritu mediterráneo, alimentado por los valores que compartimos: la defensa de los derechos humanos, la libertad de pensamiento, la justicia y la democracia”, rezaba el manifiesto fundacional del ‘Círculo’) a Europa es una de sus ambiciones actuales a pesar de que todavía no se ha hecho una idea del todo exacta del cómo: “Todavía no están asignadas las comisiones”, advirtió ayer consciente de que tiene garantizado un escaño en la Eurocámara, “pero a mí me gustaría trabajar en esa misma línea de construcción del espacio mediterráneo y de la defensa de todos aquellos valores por los que siempre he trabajado”.En principio Romero tiene el deseo de involucrarse, a expensas de lo que decida el secretario general del Grupo Socialista, en la Asamblea Euromediterránea, desde donde podrá seguir analizando de cerca y engrasando las relaciones entre la Unión Europea y el país vecino, Marruecos: “Actualmente”, señala, “el Reino alauita mantiene un estatuto asociado avanzado con la Unión que demuestra que las relaciones son buenas”.“El PP no tiene proyecto europeo”Pero pueden ser mejores, cree la candidata, que tiene entre ceja y ceja revitalizar el proyecto de Unión por el Mediterráneo que en su momento impulsó Francia y que después, con la ampliación de la UE hacia el Este, se quedó “un tanto condicionado”. “Europa tiene ahora su mirada focalizada en los países del Este y que ese primitivo proyecto haya quedado un tanto pospuesto, pero hay que trabajar para que recupere pujanza y la Unión mire también al Sur”, argumenta con un discurso muy similar al que ella misma pronunció hace ya 8 años en Madrid: “Más que nunca, las mujeres y hombres del Mediterráneo occidental deben encontrarse, dialogar y comprenderse para responder a los acontecimientos y a veces a las crisis que atraviesan su espacio, pero también para construir a largo plazo intercambios de confianza y de amistad, libres de desconfianzas y resentimientos heredados”.Sobre la campaña, que terminará hoy a medianoche, Romero mantiene el mismo discurso que todos sus compañeros han repetido una y otra vez durante las dos últimas semanas: “El PP no tiene un proyecto para Europa”.“La campaña ha sido enriquecedora a nivel personal y político porque me ha dado la oportunidad de recorrer media España”, cambia de tercio momentáneamente, “para dar a conocer lo que nosotros creemos que debe ser el proyecto europeo, muy incipiente todavía pero a punto de recibir un impulso importante cuando se ratifique el Tratado de Lisboa”.“El PP no tiene proyecto”, vuelve sobre sus propias palabras, “y se preocupa sólo de intentar revalidar este domingo las generales que perdió hace dos años para resolver su problema de liderazgo”, escarba en las heridas Populares, partido al que dibuja con los mismos rasgos que al resto de la derecha europea, presa del “descrédito en el que han caído por la crisis económica que estamos viviendo y a la que ellos nos han llevado”.Entre las banderas del proyecto socialista Romero destaca precisamente su convicción “europeísta”, que niega radicalmente al PP y a los Populares europeos, y su deseo de que la Unión pueda llegar a tener una sola voz ante el mundo y, tal vez, “ojalá”, políticas comunes y coordinadas incluso a nivel presupuestario. Para ello, claro, pide participación y apoyo para el PSOE, ya que a su juicio la previsible abstención récord que se registrará el domingo es también culpa “de los conservadores” y de quienes, como ellos, “han minado la confianza ciudadana, no sólo en España sino en el resto de Estados miembros, en el proyecto europeo y hacia dónde se dirige”, que perfectamente podría ser un lugar llamado solidaridad, tal vez interesada. “Los miembros de la UE, por separado, pese a su fuerte personalidad, no suponen nada en el mundo; cuando coordinamos nuestras políticas podemos tener un papel muy relevante a nivel internacional”, advierte.
“Tenerla aquí es un lujo para la ciudad, para el partido y para mí como candidata”
Como viene haciendo desde que pudo anunciar, el martes pasado, su visita de hoy, la candidata socialista ceutí, Izaskun Bernal, tampoco ahorró elogios ayer para su compañera de candidatura Carmen Romero, cuya presencia hoy a partir de las 21.00 horas en el cierre de campaña del PSOE en el Hotel Ulises describió como “un lujo para la ciudad, para el partido y para mí personalmente”. La hija de la añorada Carmen Cerdeira reiteró ayer a los periodistas su disposición a seguir “dándolo todo” durante las últimas cuarenta y ocho horas de campaña, primero en el debate televisivo que ayer por la noche le permitio´enfrentar sus argumentos a los de Adela Nieto [ver página 13] y hoy afrontando “con mucha ilusión y entusiasmo” el cierre de campaña al 7-J.
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